martes, octubre 17, 2006

Sociedad enredada

Siempre me llevó la mente esta red que me lía y enmaraña, que me hace intuir lo grande de la comunicación que se da en ella, lo importante de su libertad (últimamente algo más aparente que hace años), y las posibilidades que esta tiene...y que puede convertirse, además, en algo todavía mayor y más importante.

Lo más curioso de todo, eso sí, es que hay en la red habitantes, tales como yo, que, aún habiendo empezado a conectarse ni muy temprano ni muy tarde (en mi caso, en 1997, en cibers), y habiendo compartido, cientos y cientos de horas de chat (yo diría algunos miles), y de otras formas de comunicación vía internet, jamás hayan acudido a una quedada.

Porque una cosa es quedar con alguien por medio de la red, que eso sí lo he hecho alguna vez, pero de ahí, a ir a una 'kedada', aún hay un trecho. Y la verdad, sea porque realmente no tenía tiempo, porque no me organicé lo suficiente, falta de apetencia, o las más de las veces, la ausencia en el lugar de la kedada el/los días y/o horas en que iba a tener lugar, lo cierto es que nunca he ido a una verdadera kedada.

La verdad es que me parece uno de los actos sociales vinculados a la red más importantes que existen. En ellas, las planas siluetas de la red, se convierten en personitas (y personazas :) ) multidimensionales (cuatridimensionales en el espacio-tiempo, pluridimensionales en el alma) que interactúan (por fin) con nosotros al 100%, con sus características del espíritu (de las cuales, algunas ya las conocíamos), y sus características físicas, de las que aprendemos mucho más en eses instantes especiales que se dan en llamar kedada.

Cierto hay que habrá kedadas y kedadas, e incluso alguna tal vez termine regular, pero por lo general, como en una fiesta, se suele preferir mantener la fiesta en paz y dedicarse a conocer a los otros, como nosotros debemos permitir que nos conozcan.

Por todo ello, a mi ver, las kedadas son algo así como un evento en contra del autismo fóbico que, muchas veces, caracteriza a esta sociedad.

Forza4.

viernes, octubre 06, 2006

Vida

Siempre pensé en otros lugares, en otros parajes, en otros destinos. Mi mente siempre estuvo fuera de mi. Recuerdo que una vez, me hablaban y ni me enteraba...como quien ve la televisión, o mejor dicho, una película de cine, yo estaba ausente, hasta que me di cuenta de la situación: Yo existía, Yo estaba allí...entonces, tras las preceptivas disculpas, respondí.

Tal vez, siempre me preocupé de vivir otras vidas, de ayudar a componer los puzzles de las vidas de cada quien... pero me olvidé de alguien.

Alguien que siempre estuvo ahí, y que aunque alguna vez me fallara en sus actos, nunca en el hecho de que siempre estuvo ahí. Y aunque alguna vez no me acompañó, o se mostró también ausente, siempre estuvo a su vuelta, dispuesto a intentar llevar el proyecto de la vida adelante, sin más preguntas.

Ese alguien que todos tenemos al lado, y que, de alguna manera, aunque está ahí, tampoco es posible que nos abandone.

Ese alguien, soy yo mismo.

Tal vez llegue, por fin, el momento de que, sin que deje de ayudar a quien lo merece (en la medida de mis posibilidades), me dedique al proyecto más importante de mi existencia: Mi vida.

Forza4

miércoles, abril 19, 2006

Cuesta

Me cuesta. Me cuesta dormir y relajarme. Y es que hay un pensamiento que no me deja de rondar la cabeza. Y hago cosas, las máximas para poder estar más tranquilo, pero no puedo.


Y es que la quiero, pero, tal vez, sólo tal vez, tenga miedo en reconocerlo.


Tal vez pueda haber algo algún día, o tal vez no, pero como cualquier sentimiento verdadero, es tozudo, y desea luchar...


...y ya es hora de que yo también vuelva a luchar.


Forza4.


viernes, febrero 24, 2006

La liberté

Realmente, era una noche soñadora, como tantas otras. Y realmente no sabía si se iban a salir los trenes de mi vida.

Sin embargo, me di cuenta de que las respuestas podía encontrarlas yendo al interior, que por miedo a entrar, se derrumbaban mis castillos (o quien sabe si mis ojos), y venía, sin esperarlo, el silencio.

La ecuación química estaba completa con mis ojos en sus ojos, mirando como tiritaban de emoción las estrellas de frío al ver como nos lanzábamos a la piscina de un tierno abrazo.

Luego, ella sólo pensaba en relajarse un domingo en St. Tropez.

Forza4.

Música por ...anabase* y Klemence.

lunes, febrero 13, 2006

La intemperie

Empezaba el rosario de cada invierno. Las grandes turbulencias volverían a azotar la ciudad. Todos aquellos que tenían algún lugar donde refugiarse, pasarían largo tiempo hibernando en la techada ciudad.

Él no pertenecía a ese grupo. A él ni siquiera le dejarían estar en el nivel Z, el más bajo de todos aunque, con todo, con la calefacción suficiente para no morirse de frío, o sufrir los molestos efectos de la heladora temperatura.

Él se había quedado atrapado en la cuidad vieja. Nadie le decía nada por estar bajo los soportales. Incluso, había aprendido a vivir en el antiguo ayuntamiento.

La verdad, todo aquello que podía disfrutar le hacía parecer que, con todo, tenía su rincón de paraíso. Gracias a lo que había aprendido leyendo antiguos libros y planos de la ciudad, había preparado aquella vetusta edificación para soportar el más grande vendaval de los que se había tenido noticia. Incluso, según sus cálculos, podría soportar una intensidad 6 grados mayor (es decir, un vendaval, un millón de veces más crudo que aquel al que todos y todas se referían como "el armaggedon meteorológico",o, como lo llamaba mucha gente "El Meteag".

Mucho había leído sobre el tema. Por todo lo que había encontrado en todos aquellos libros, e incluso, había encontrado en cientos de páginas de la Internet basada en IPv4, de la que perduraban aún algunos nodos, el inicio de todo se remonta a la última década del siglo XX. (o siglo 0 de la era digital).

En aquel entonces, científicos y movimientos ecologistas de todo el mundo, alertaban a la población de los riesgos de continuar aquel ritmo desenfrenado de vida, en el que el Medio Ambiente, no era más que el refugio publicitario de algunos políticos, sin que realmente tuviesen mucho interés en implicarse en el tema. Las empresas, sobre todo las industriales, gracias a (o por culpa de) la gran permisividad de las autoridades ante sus atropellos ambientales, conseguía echar sus resíduos en cualquier parte, contaminando vastas extensiones de terrenos, mares, flujos de agua subterráneos, etc., sin contemplación alguna.

El aire, era otro tema. Para comenzar, una vasta cantidad de fumadores, con la complicidad de las autoridades, ensuciaba el aire con aquel coloide lleno de altos contaminantes. Los coches, de combustión interna, también hacían su parte. E industrias de uno u otro tipo, echaban los vapores de desecho a la atmósfera, prácticamente siempre sin ningún tratamiento previo.

Las mayores ciudades del planeta, sufrían acuciantes problemas por el smog (mezcla gaseoso/coloidea de gases provocada por la acumulación eingente cantidad de vapores exhalados por varias fuentes de los mismos - coches, industrias,...-). Algunos de estos problemas afectaban negativamente en la salud pública, como era el aumento de los casos de alergias respiratorias en toda la población (especialmente niñ@s y ancianos), dándose muchas muertes prematuras por intoxicaciones provocadas por el irrespirable aire de las cuidades.

Sin embargo, todo había cambiado. Entonces, ya no había polución en las ciudades, que se encontraban todas, debajo de enormes cristaleras de microelastocristal presurizado irrompible. Los transportes, funcionaban todos mediante energías renovables (solar, eólica, maremotriz), que en aquel tiempo de grandes tempestades y prolongadas épocas sin lluvias, daban para hacer funcionar cinco planetas de proporciones semejantes a las de la Tierra.

Con todo, los acontecimientos meteorológicos seguían descontrolados. Como si una especie de reacción alérgica se tratase, parecía que Gaia, la Madre Tierra, había decidido autolimpiarse más a menudo, y por ello, cada precipitación, de cualquier tipo, era torrencial.

Además... últimamente, había detectado grandes cantidades de microorganimos específicos que descomponían, curiosamente, los contaminantes que predominasen en cada momento. Era como si la Tierra nos empezase a dar a ver que constituía un organismo dentro del universo, y que pensaba durar vivo, aún a pesar de los desmanes del ser humano.