jueves, mayo 12, 2005

Libertad

En cuanto se nombra esta palabra, las sugestiones suelen ser muy agradables. Se piensa en poder hacer lo que uno quiera, sin cortapisas, sin miedos. Se piensa en equilibrio, en relajación, en 'todo bien'.

Con todo, el camino de la libertad es largo. Si pensamos las injusticias que cada día permite la ley (teórico garante de la libertad, realmente subyugado a algo que se da en llamar 'orden público'), en los múltiples quebrantamientos de la verdadera libertad de empresas llevadas por personas que piensan únicamente en sus bolsillos (ni siquiera en su propia felicidad), y en aquellos incumplimientos de la ley de aquellos que deberían garantizar su cumplimiento (por sus cargos en distintas administraciones, tanto locales, autonómicas/regionales, como a nivel de país, estado,o continente), entonces nos damos cuenta de que el camino de la libertad es, muchas veces, tortuoso.

Nadie nos ha dicho que la libertad fuese fácil, y tanto es así, que en vez de tenerla, aún los más afortunad@s, hemos de conquistarla, día a día, poniendo su granito de arena...

...Y aunque parezca que nadie así lo hace, aún hay paladines que, día a día, luchan por la libertad. Y raramente esas personas que nos liberan llevan armadura, o chaleco antibalas, o una pistola o cualquier objeto similar. Tampoco suelen usar sus puños como argumento.

Suelen usar algo más fuerte que todo eso, aunque haya quien quiera restarle poder. Esa evocadora arma se llama palabra . Y aún van más allá cuando convierten la palabra en argumento.

¿Quieres conocerl@s? Ell@s se encuentran en cualquier lugar. Nos circundan. Son nuestr@s vecin@s, nuestr@s amig@s, hasta nuestr@s confidentes. L@s podrás ver de todas las alturas y condiciones sociales; de cualquier creencia, forma de pensar y condición social.

Yo he tenido la suerte de conocer a alguna persona así...¿y tú?

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