Eso puede pasar a veces cuando leemos, pues nuestra mente rellena los "huecos" de lo que realmente no hemos visto. Sin embargo, cuando es demasiado lo que no se ha visto realmente, pueden obtenerse resultados que, por inesperados, resultan desternillantes.
Como ejemplo, sirva esta genial ininteligibilidad de Les Luthiers, gracias, sobre todo, al talentoso genio inventivo de Daniel Rabinovich.
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