Me devora, la verdad es que me devora. La ansiedad está devorando la vivacidad de mis neuronas a un ritmo tremendo. ¿Nunca os ha pasado? Pues yo estoy en pleno proceso ansioso, y en plena búsqueda de soluciones.
Tantas veces, en este estado, no me hallo en mi mismo, no hago cosas, hasta parece que, por momentos, no existiese, y me entregase al limbo de aquello que no pertenece a uno, de aquello sobre lo que no tenemos control.
Hasta que, en un momento, uno piensa: ¡pero si es mi vida!, y entonces, está puesta la primera piedra para tomar el control.
La verdad, podría seguir aquí escribiendo un rato, pero me espera el cemento y la piedra mentales, para seguir la construcción y reconstrucción continua de mi mundo interior y exterior.
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